Literatura Medieval 

La literatura medieval se centró principalmente en temas religiosos, como la vida de los santos y la experiencia mística, así como en temas profanos como las aventuras de los caballeros y el amor cortésTambién exploró la estructura social de la época, reflejando la influencia del poder de la monarquía y la Iglesia, además de abordar temas como la rebelión contra esa estructura.

La filosofía medieval se caracteriza por ser un período de transición y adaptación, donde los pensadores de la época buscaban reconciliar el pensamiento clásico con las nuevas ideas religiosas que surgían con el cristianismo.

San Agustín de Hipona (354-430)

San Agustín de Hipona (Aurelio Agustino, 354-430 EC) fue el primer filósofo importante de la era cristiana. Fue el obispo de Hippo Regius en Numidia durante los últimos años del Imperio Romano, y su obra más famosa, La ciudad de Dios, describió lo que él creía que era la causa de este declive.

Pseudo-Dionisio Areopagita (siglo V o VI)

Pseudo-Dionisio Areopagita fue un teólogo y místico bizantino que vivió probablemente entre los siglos V y VI d.C. Sus obras, que originalmente se creía eran escritas por el Dionisio Areopagita mencionado en el libro de los Hechos de los Apóstoles, están marcadas por una fuerte influencia del neoplatonismo. Sus escritos, que incluyen la "Teología Mística" y la "Escalera Celeste", tuvieron una gran influencia en la teología y la mística cristiana, especialmente en la teología oriental. 

San Severino Boecio (480-524)

San Severino Boecio (aproximadamente 480-524) fue un filósofo, poeta y político romano, conocido por su obra "De Institutione Musica" y "La Consolación de la Filosofía". Su vida estuvo marcada por su influencia política y su posterior encarcelamiento y ejecución bajo Teodorico el Grande.


Juan Escoto Erígena (siglo IX)

Poco o nada se sabe de su origen excepto que era irlandés, de lo que informa su nombre. Juan Escoto Erígena es prácticamente decir "Juan el irlandés de Irlanda": Scotus era el nombre genérico usado en la Edad Media para referirse a los gaélicos en general (fueran irlandeses o escoceses) y Erígena o Eriúgena viene de Eriu que es como se autodenominaban en el Medioevo los nacionalistas irlandeses.[1]​ Aunque no hay certeza sobre ello, se considera que no fue monje ni sacerdote.[2]




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